Datos importantes que debe conocer sobre la reducción del uso de antibióticos
En estos últimos años, la necesidad de reducir el uso de antibióticos en la producción animal se ha convertido en una preocupación mundial. Obligados por la aparición de bacterias multirresistentes y la necesidad de un enfoque «One-Health» (Una sola salud), la mayoría de los países ya ha promulgado legislación para regular el uso de antibióticos. La rápida evolución de las necesidades del mercado y las soluciones de la industria de los piensos nos han impulsado a promover un nuevo enfoque para esta cuestión tan compleja.
¿Para qué se emplean los antibióticos?
Los antibióticos son sustancias capaces de matar las bacterias o de inhibir su crecimiento. En el contexto global, hay diferencias regionales en cuanto a su uso únicamente como tratamiento o como prevención de las infecciones bacterianas. Se pueden clasificar según sus propiedades químicas y su modo de acción. Para su utilización en la cría de ganado, los antibióticos están disponibles principalmente como medicamentos de aplicación oral a través de los piensos o el agua potable o también como sustancias inyectables. Su seguridad y eficacia se han demostrado en estudios clínicos. Además, los preparados veterinarios que contienen antibióticos están estrictamente regulados por las autoridades.
En la producción animal, los antibióticos son medicamentos necesarios para el tratamiento de enfermedades y su uso está regulado mediante autorizaciones en la mayoría de los países. Estas autorizaciones incluyen información sobre
- las especies animales que pueden tratarse,
- las indicaciones,
- la duración del tratamiento,
- la dosis que debe utilizarse y
- el tiempo de espera.
El tiempo de espera describe el lapso que debe transcurrir tras la última aplicación del antibiótico, antes de que la carne o la leche del animal tratado pueda volver a utilizarse de forma segura para el consumo humano.
Durante décadas, determinadas sustancias antibióticas como la bacitracina, el Carbadox, la salinomicina, la virginiamicina y muchas otras se han utilizado también en la alimentación animal como antibióticos promotores del crecimiento. Utilizadas en dosis subterapéuticas, estas sustancias tienen un efecto positivo en el rendimiento biológico de los animales de granja. Mediante la modulación del microbioma intestinal, pueden mejorarse la conversión alimenticia y el aumento de peso diario. En cierta medida, estas sustancias también controlan la propagación de bacterias potencialmente patógenas en el intestino.
El uso de antibióticos promotores del crecimiento representa una proporción significativa del uso de antibióticos para la cría de ganado a nivel mundial. Es una forma común y económica de asegurar el alto rendimiento de engorde de los animales.
El problema de la resistencia a los antibióticos
En las dos últimas décadas, el incremento en la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos ha empezado a convertirse en una seria amenaza para la salud de los seres humanos y los animales. El uso excesivo y frecuente de antibióticos ha permitido que algunas bacterias desarrollen resistencias a una o varias clases de antibióticos, la denominada RAM (resistencia antimicrobiana). La aparición de la RAM está asociada al uso intensivo de antibióticos tanto en la producción animal como en la atención sanitaria humana. Especialmente en los países en los que se pueden comprar antibióticos sin receta o en los que no existen directrices de tratamiento, el personal sanitario y los veterinarios suelen recetar antibióticos con demasiada frecuencia.
Algunas clases de antibióticos se utilizan tanto en medicina veterinaria como en medicina humana. Las bacterias resistentes pueden propagarse entre las poblaciones animales y humanas a través de un entorno compartido, pero también pueden hacerlo por contaminación por arrastre, ya que tienen potencial zoonótico. Las infecciones, que normalmente se trataban fácilmente con un antibiótico, pueden así convertirse en una amenaza para la vida.
Algunos antibióticos han sido clasificados como antibióticos de reserva y se utilizan a menudo como el medicamento de última elección para las infecciones con bacterias multirresistentes.
El uso de antibióticos de reserva, por ejemplo,
- polimixinas,
- cefalosporinas de 3ª y 4ª generación, y
- fluoroquinolonas
en animales se observa cada vez de modo más crítico. Algunos legisladores ya exigen el uso exclusivo de estas sustancias para los seres humanos, con el fin de reducir el riesgo de desarrollo de resistencias.
Más información disponible aquí: https://www.who.int/health-topics/antimicrobial-resistance
¿Qué se ha hecho hasta ahora al respecto?
El enfoque «Una sola salud» promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el vínculo entre la salud animal y la humana. Para combatir el uso excesivo de los antibióticos y la amenaza de la RAM, es necesario promover la utilización prudente de los antibióticos en ambas áreas de la sanidad.
Las autoridades sanitarias de la UE ya reconocieron la necesidad de reducir el uso veterinario de los antibióticos a finales del siglo pasado. El uso de los antibióticos promotores del crecimiento está prohibido en la UE desde 2006. Desde 2011, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha estado supervisando el uso de antibióticos en su proyecto de Vigilancia Europea del Consumo de Antimicrobianos Veterinarios (ESVAC, por sus siglas en inglés). Se publica un informe anualmente.
La vigilancia del uso de antibióticos, con especial atención a los antibióticos de reserva, ejerce presión sobre los países miembros para que promulguen una legislación que regule y limite su uso. El último informe de la ESVAC determinó que las ventas de antibióticos veterinarios en los países europeos se redujeron en más del 34% entre 2011 y 2018. Entre 2011 y 2019, el uso de antibióticos veterinarios se redujo solo en Alemania incluso en un 60%.
¿Cuáles son los desafíos?
Dado que la Unión Europea y también los Estados Unidos actúan como pioneros en la reducción del uso de antibióticos en la medicina veterinaria, cada vez más países se animan a seguir el ejemplo y a endurecer sus reglamentos. En la actualidad, varios países del sudeste asiático están preparando legislación para prohibir los antibióticos potenciadores del rendimiento.
En dosis terapéuticas, los antibióticos se utilizan con frecuencia para tratar los trastornos digestivos. Se estima que este uso representa ya el 50 % de las aplicaciones en aves de corral y aproximadamente el 30 % de las aplicaciones en la producción porcina. Se espera que estas cifras aumenten con la eliminación de los antibióticos potenciadores del rendimiento. Por lo tanto, fijar la atención en la salud intestinal ofrece un gran potencial para reducir los antibióticos.
Los consumidores son cada vez más conscientes sobre el uso de antibióticos y también sobre el bienestar de los animales. En consecuencia, el llamamiento a la reducción del uso de los antibióticos ofrece oportunidades de comercialización a los fabricantes de alimentos: la carne se anuncia como «NAE» (no antibiotics ever) o «ABF» (Antibiotic Free). Debemos buscar cuidadosamente el equilibrio entre la necesidad de reducir el uso de antibióticos y el mantenimiento del bienestar animal. El tratamiento necesario que se ha de dar a los animales enfermos no debería verse comprometido por las presiones del mercado.
Otra tendencia del mercado es el aumento general de la demanda de carne de aves de corral. La carne de aves de corral es cada vez más popular, especialmente en los países en desarrollo y en los densamente poblados. Se espera que este sector se expanda de forma significativa en el futuro próximo. La carne de aves de corral es relativamente fácil y rápida de producir incluso en condiciones subóptimas, debido al alto rendimiento, el corto período de engorde y la eficiente conversión alimenticia de los pollos de engorde.
¿Qué soluciones podría haber?
La industria de los piensos ha estado a la altura de este desafío. La posible pérdida de rendimiento y también los problemas de salud intestinal pueden contrarrestarse con conceptos de alimentación animal eficaces e innovadores. Es probable que no exista solo un aditivo alimentario que compense los efectos de mejora del rendimiento de los antibióticos promotores del crecimiento. Se han llevado a cabo amplias investigaciones en este campo, que han dado como resultado una amplia gama de aditivos y soluciones complementarias en el mercado. Los productores de alimentos y los bromatólogos pueden utilizarlos y combinarlos para optimizar la alimentación según las condiciones regionales.
Entre los ejemplos de aditivos para piensos que tienen como objetivo la salud intestinal se incluyen
- Probióticos
- Prebióticos
- Ácidos orgánicos
- Fitobióticos
- Aglutinantes de toxinas
De todos ellos, los probióticos son probablemente los mejor documentados y más ampliamente utilizados. Si bien sus beneficios para la salud intestinal están bien comprobados y reconocidos, la industria sigue investigando e identificando continuamente nuevas cepas para mejorar su eficacia. Por un lado, pueden utilizarse para mejorar el rendimiento de los animales aumentando la digestibilidad y ayudando al desarrollo intestinal. Por otra parte, algunas cepas son capaces de desplazar específicamente ciertos agentes patógenos y reducir el riesgo de enfermedades intestinales, reduciendo de este modo la necesidad de antibióticos y mejorando el estado de salud.
Puede obtener más información sobre los probióticos en general aquí. Puede leer más sobre los beneficios de los conceptos de alimentación con contenido de probióticos para la producción de aves, cerdos y rumiantes aquí.
Perspectivas de la evolución actual y futura
En algunos de los países con el mayor aumento de la demanda de carne de aves de corral, las condiciones de cría de los pollos de engorde resultan bastante deficientes. La calidad inconsistente de los piensos, las difíciles condiciones higiénicas y la alta presión de patógenos endémicos son algunos de los obstáculos que se presentan para un producción sostenible de carne de ave sin un uso excesivo de antibióticos.
Recientemente, la crisis del COVID-19 ha amenazado a una parte importante del sector ganadero. El deterioro de los mercados gastronómicos, la caída en picado de los precios de la carne y los falsos rumores de infecciones de SARS-CoV-2 vinculadas al consumo de carne de ave han descarrillado todo un sector industrial.
¿Regresarán algunos fabricantes a los antibióticos promotores del crecimiento en lugar de mantener el uso de alternativas sostenibles? Esto podría ser una solución atractiva a corto plazo dada la situación actual del mercado. Pero a largo plazo, la inversión en soluciones de alimentación animal de alta calidad será la única opción posible para salvaguardar a la vez la salud humana, el bienestar y el rendimiento de los animales y las exigencias de los consumidores.
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