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La industria láctea ante el cambio climático: ¿qué papel desempeñan las levaduras vivas?

La industria láctea ante el cambio climático: ¿qué papel desempeñan las levaduras vivas?

 Ya sea en el marco de la política, en la opinión pública o en la ciencia, nunca como ahora se había debatido tan intensamente sobre el cambio climático como riesgo medioambiental global. Se está investigando en todos los sectores todo lo que pueda suponer una mejora en el contexto de la acción climática. La ganadería también quiere contribuir a la protección del clima en la medida de sus posibilidades, por lo que también se están investigando en este ámbito las formas de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, para la ganadería, el reto no solo está representado por la aparición del cambio climático sino también por sus consecuencias. El objetivo es encontrar posibilidades en el sector que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y también acotar las consecuencias del cambio climático.

Las levaduras vivas pueden reducir la cantidad de emisiones de metano en la ganadería lechera.

Las levaduras vivas, diminutos microorganismos unicelulares, muestran en la alimentación del ganado lechero propiedades positivas para la salud de los animales y la producción láctea. Las levaduras vivas se cuentan entre los probióticos y tienen una influencia positiva en la microbiota ruminal de las vacas lecheras y los toros de engorde, pero también en los procesos digestivos de otras especies animales. A causa de su actividad metabólica, las levaduras vivas son capaces de reabsorber el oxígeno del rumen y promover en él un entorno anaeróbico. El efecto positivo obtenido resulta del aumento del crecimiento de las bacterias celulolíticas y consumidoras de lactato. Esta influencia en la microbiota ruminal provoca una estabilización del pH del rumen y una mejora de la digestibilidad del alimento, lo que en última instancia conduce a una mayor eficiencia alimentaria. Además, con el uso de levaduras vivas se consigue aumentar la presencia de bacterias beneficiosas en el rumen, lo que conduce a su vez a un mayor flujo de proteína microbiana hacia el intestino. No debe olvidarse que los procesos metabólicos de la levadura viva producen valiosos micronutrientes que resultan muy útiles para los procesos metabólicos del animal.

El aumento de la producción de leche de los animales, promovido con el uso de levaduras vivas, puede ayudar a minimizar la generación de emisiones de metano en las explotaciones lecheras. En otras palabras, se reduce la huella de CO2 por litro de leche. Además, la levadura viva contribuye a aumentar la salud y la vida productiva de los animales. Esto conduce a una reducción de la tasa de reposición y, por tanto, a una mejora de la sostenibilidad de cada animal, por medio de lo cual también se minimiza la excreción de metano. Por otro lado, la levadura viva tiene un efecto positivo sobre la digestibilidad y la eficiencia del alimento. Este efecto tiene como resultado una menor necesidad de alimento para producir un litro de leche. En consecuencia, también se pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para la producción del alimento. Además de estos efectos indirectos, también se considera que la levadura viva tiene un efecto positivo en la reducción directa de la producción de metano en el rumen. Existen pruebas en la bibliografía de que las levaduras vivas estimulan las bacterias formadoras de acetato en el rumen al utilizar el hidrógeno metabólico del rumen. De este modo, deja de estar disponible para la metanogénesis [Broucek, 2018; Chaucheyras et al., 1995; Elanthamil & Bandeswaran, 2017].

Fig. 1: el efecto de la levadura viva Biosprint® con una dosis de 3g/animal/día (4,5e10 UFC/animal/día) sobre la producción de leche (ECM = cantidad de leche corregida energéticamente)Fig. 1: el efecto de la levadura viva Biosprint® con una dosis de 3g/animal/día (4,5e10 UFC/animal/día) sobre la producción de leche (ECM = cantidad de leche corregida energéticamente)

Fig. 2: el efecto de la levadura viva Biosprint® con una dosis de 3g/animal/día (4,5e10 UFC/animal/día) sobre ingesta de alimentoFig. 2: el efecto de la levadura viva Biosprint® con una dosis de 3g/animal/día (4,5e10 UFC/animal/día) sobre ingesta de alimento

Fig. 3: el efecto de la levadura viva Biosprint® con una dosis de 3g/animal/día (4,5e10 UFC/animal/día)  eficiencia alimentariaFig. 3: el efecto de la levadura viva Biosprint® con una dosis de 3g/animal/día (4,5e10 UFC/animal/día) eficiencia alimentaria

En un ensayo práctico, se comparó la levadura viva Biosprint® con un grupo de control anterior sin aditivo de levadura. Biosprint® se dosificó según las recomendaciones del fabricante. El ensayo ha demostrado que con la ayuda de Biosprint® se pueden conseguir mejoras en la eficiencia alimentaria y en el rendimiento lechero con una ingesta de alimento prácticamente estable en comparación con el grupo de control (Fig. 1-3). Por consiguiente, Biosprint® contribuye a una producción de leche más sostenible.

¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático para la ganadería lechera?

Para la ganadería lechera, el cambio de las condiciones climáticas tiene consecuencias importantes en muchos aspectos. El objetivo es mantener estas consecuencias lo más limitadas posible mediante medidas específicas al objeto de poder garantizar el bienestar y el rendimiento de los animales. Entre los efectos directos del cambio climático en las explotaciones lecheras, tenemos los periodos cada vez más largos de temperaturas inusualmente altas en verano, que provocan muy rápidamente estrés térmico en las vacas lecheras. A partir de temperaturas de 21-24 °C, en combinación con una alta humedad relativa (>70 %), se desarrolla en las vacas el denominado el estrés térmico. En particular, los animales productores de leche generan un alto nivel de calor propio debido a su alta actividad metabólica.  En este contexto, las consecuencias derivadas incluyen, en particular, la reducción de la ingesta de alimentos, las mermas cuantitativas y cualitativas de la producción de leche, los mayores recuentos de células somáticas, la acidificación del rumen, los problemas de fertilidad y el deterioro del sistema inmunitario. Además, los comportamientos de descanso y rumiación también resultan afectados. Con ello, se evidencian patrones de comportamiento que expresan el malestar de las vacas.

Debido al aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía y las lluvias torrenciales, el riesgo de que las cosechas de forraje empeoren en términos de cantidad y valor también está aumentando en el cultivo forrajero. En este contexto también deben mencionarse, por ejemplo, las cosechas de forraje difíciles de digerir con un mayor contenido de fibra o lignina. Debido a los cambios climáticos, también existe un aumento de ciertas malezas y una mayor presión de los agentes patógenos, que pueden afectar negativamente tanto a los animales como a las plantas y provocar pérdidas de rendimiento. La mala calidad del alimento empeora la digestibilidad y dificulta el suministro de nutrientes adecuados a los animales. Los efectos indirectos incluyen los efectos económicos. Por ejemplo, en importantes regiones de cultivo, un deterioro de las condiciones climáticas puede conllevar el aumento de los alimentos para los animales.

¿Cómo pueden las levaduras vivas contrarrestar las mencionadas consecuencias del cambio climático?

Además de algunos recursos como el aumento de la circulación del aire mediante ventiladores y la refrigeración a través de la humectación con agua, las ayudas tecnológicas para la alimentación animal, como las piedras de sal o las levaduras vivas, también pueden aliviar las consecuencias del estrés térmico en las vacas. El estrés térmico provoca con rapidez un riesgo de acidosis en las vacas lecheras debido a una menor capacidad de amortiguación del rumen. Por lo tanto, es obvio que las levaduras vivas ofrecen un efecto calmante en este contexto gracias a la estabilización del pH del rumen. Además, la levadura viva ayuda a estimular la ingesta de alimento, que también disminuye con motivo del estrés térmico y que conduce a menudo a una menor producción de leche. Esto puede estimular el comportamiento de rumiación, que a su vez es importante para amortiguar el entorno del rumen. La reducción de la calidad del forraje debida al cambio climático también puede compensarse con una mejora de la digestibilidad de la fibra y de la eficiencia alimentaria gracias a las levaduras vivas. La figura 4 muestra los resultados de un estudio en el que se probó la levadura viva Biosprint® a una dosis de 4g/animal/día (6x1010 UCF/animal/día) en comparación con un grupo de control durante el periodo de estrés térmico (THI=79). En él puede observarse el efecto significativamente positivo de la levadura viva Biosprint® sobre la digestibilidad de la fibra (P<0,05).

Fig. 4: Digestibilidad de la FDN (fibra detergente neutra) de las vacas con suplementación mediante levadura viva (Biosprint®) en comparación con un grupo de control durante el periodo de estrés térmico, *P<0,05, Dehghan-Banadaky et al., 2012Fig. 4: Digestibilidad de la FDN (fibra detergente neutra) de las vacas con suplementación mediante levadura viva (Biosprint®) en comparación con un grupo de control durante el periodo de estrés térmico, *P<0,05, Dehghan-Banadaky et al., 2012

Las consecuencias del cambio climático en la producción láctea es obviamente un asunto complejo. Por un lado, se exige a la industria láctea que contribuya a una economía más sostenible. Por otro lado, también deben encontrarse modos de mantener las consecuencias del cambio climático lo más acotadas posible. Al aumentar la eficacia y la salud del rumen, la levadura viva Biosprint® es capaz de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y además de resistir las consecuencias de explotar al máximo el potencial de producción.

 

  1. BROUCEK (2018): Options to methane production abatement in ruminants: A review, The Journal of Animal & Plant Sciences, 28(2): 2018, Page: 348-364 ISSN: 1018-7081
  2. CHAUCHEYRAS, G. FONTY, G. BERTIN, P. GOUET (1995): In Vitro H2 Utilization by a Ruminal Acetogenic Bacterium Cultivated Alone or in Association with an Archaea Methanogen Is Stimulated by a Probiotic Strain of Saccharomyces cerevisiae, applied and environmental microbiology, Sept. 1995, p. 3466–3467, Vol. 61, No. 9
  3. ELANTHAMIL, C. BANDESWARAN (2017): Methane emission from ruminants and its mitigating measures using probiotic – A review, International Journal of Science, Environment and Technology, Vol. 6, No 1, 2017, 319–325